Alejandra Rodríguez 4211-002

     La arquitectura de las culturas precolombinas en América no solo servía propósitos funcionales, sino que también reflejaba poder, religión y conexión cósmica. Esta relación entre arquitectura y espiritualidad se puede observar en las plataformas y basamentos construidos por civilizaciones como los mayas, aztecas, incas, y otras culturas nativas de América del Norte, las cuales dotaron a estos elementos estructurales de un profundo significado simbólico y religioso. Más allá de ser simples obras de ingeniería, estas estructuras representaban una relación espiritual entre el hombre, la tierra y el cosmos, así como la jerarquía social y política de las culturas que las erigieron.      En las culturas precolombinas, las plataformas y basamentos fueron esenciales para expresar el poder político y la estratificación social. En las ciudades mayas como Tikal y Chichén Itzá, las pirámides elevadas no solo servían para ceremonias, sino que reflejaban la jerarquía de la sociedad. Los líderes

     La búsqueda de las proporciones es la base para la arquitectura clásica. Se buscaba que las dimensiones de los elementos arquitectónicos fueran correspondientes al todo y estuvieran relacionadas entre si. Esta idea de las proporciones solo se puede expresar mediante un lenguaje universal, las matemáticas, que al comprenderlas nos permiten estructurar toda idea sea compleja o simple. Y esta compresión de los números fue la que impulsó el desarrollo a través de toda la historia.      El matemático Marcu du Sautoy nos dice que, “Las matemáticas nos ayudan a descubrir la lógica que subyace al mundo tan complejo y caótico en el que vivimos.” Esta declaración es muy cierta ya que si entendemos las matemáticas entendemos el mundo, y al estudiar las proporciones que nos rodean en la naturaleza las podemos aplicar al mundo de la arquitectura. Ejemplos de proporciones en la naturaleza los podemos ver en flores, estrellas de mar y caracoles que se forman con proporciones basadas en los númer